Angela Merkel lleva un año reteniendo en Alemania a 80 millones de personas en una jaula llena de ordenanzas y reglamentos, sin una base legítima, mediante la suspensión de todos los derechos fundamentales.
Ahora, en Semana Santa, este encarcelamiento debería alcanzar un nuevo punto culminante de abuso y destrucción. Algo que ni siquiera Stalin y Mao se habrían atrevido a hacer.
Pero cuando Merkel siente la protesta de los ciudadanos, teme por su poder. En pocas horas, anuló su “dramática” decisión de encerrar a 80 millones de personas y lo llamó simplemente un “error”.
Merkel se declaró “totalmente responsable” de ese “error”. Cree que con dicha estrategia seguirá ganando puntos entre los votantes como una “persona íntegra”.
De su renuncia, sin embargo, no se ha escuchado ni una palabra. Algo que sí sería proporcional a sus acciones.
Merkel ya no puede superarse en términos de cinismo, falta de escrúpulos y arbitrariedad. Porque ya no existe ninguna razón para mantener a la gente en Alemania encerrada en una jaula de ordenanzas y reglamentos.
Estamos viviendo un punto bajo en la historia de Alemania
Esta política arbitraria de Angela Merkel demuestra que encerrar a millones de personas y destruir millones de puestos de trabajo y decenas de miles de empresas solo persigue un objetivo: mantener a Merkel en el poder.
Las decisiones políticas de Merkel no se basan en el número de enfermos ni en las llamadas “olas”. No, es su tiránico deseo de aferrarse al poder. Cueste lo que cueste.
Solo el levantamiento de los ciudadanos y su protesta, así como el miedo de Merkel a perder su poder, anularon el cautiverio que pretendía para esta Pascua. Esto ha demostrado que todas las medidas de encierro, el abuso psicológico y físico de millones de personas por parte de la política de Merkel, es una farsa. Es la expresión de un nuevo tipo de tiranía.
El hecho de que en Semana Santa se impidiera el encierro de alrededor de 80.000.000 de personas es gracias a vuestra valentía y vuestra protesta. No gracias a Merkel. Es solo porque Merkel teme vuestra protesta, y la de millones de otros ciudadanos, que todos hemos recuperado una parte de nuestra libertad.
Esto debería despertarnos y dejarnos ver que somos nosotros de quienes depende recuperar nuestra libertad. Merkel hará todo lo posible para no devolvérnosla.
Las normas que son injustas y van contra nuestra conciencia, como personas libres, no debemos obedecerlas ni respetarlas.
Cada vez más personas se alejan de este régimen arbitrario, que en su torpe y corrupta prepotencia no puede pensar en otra cosa que encerrar a sus ciudadanos sin motivo, abusar de ellos y destruir nuestras vidas y nuestro país.
Es hora de que los ciudadanos, juntos, acabemos con este encarcelamiento.
Conciudadanos, no soporten más esta tiranía. Levántense y luchen por su libertad, la libertad de sus familias y la de nuestros semejantes.
Hoy se decide nuestro futuro: un futuro de libertad o tiranía.
Larga vida a la libertad.
Ha llegado el momento de que pongamos fin a esta arbitrariedad.
¡Ponte de pie y actúa! ¡Ahora!
Merkel gobierna como un tirano
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